viernes, 1 de abril de 2011

Idus de Mayo

Plantilla del Caravaca CF
El pasado domingo se vivió un momento hermoso en Nueva Condomina cuando los aficionados granas cantaron el sexto gol de la mañana, el que marcó el Caravaca en Sevilla. Hasta se coreó el nombre del equipo del noroeste. Un sentimiento de agradecimiento y hermandad recorrió las gradas y creo que hasta se originó un vínculo inexistente. Hasta el punto de que el equipo del noroeste ha solicitado jugar en este estadio el penúltimo partido de Liga, previsto para el Primero de Mayo. El Morao, para entonces, no tendrá gradas porque se trasladan a la Gran Vía caravaqueña para poder disfrutar de los inigualables desfiles de los Caballos del Vino y Moros y Cristianos. Fiestas declaradas de Interés Internacional y que hacen grande a esta Región. Pero una faena para las arcas del equipo de fútbol, que esperaban la visita del Murcia como agua de Mayo, nunca mejor dicho, para pagar las nóminas de la plantilla. Así que no es de extrañar que se proponga jugar ese partido en la capital, lo que será difícil si los de Nervión se oponen.
En cualquier caso es maravilloso que se produzca este entendimiento entre los dos clubes. El Murcia es el club totémico de la Región. Al igual que la mayoría de los murcianos siguen a uno de los grandes de Primera, en muchos pueblos y ciudades de nuestra Comunidad se sigue al Real Murcia y luego al equipo local. Es lógico. Es el que ha estado en Primera División 18 veces, el que tiene un campo de esa categoría y el que saben que, antes o después, volverá a esa atalaya. Que se produzca esa identificación entre aficiones, sumando esfuerzos e ilusiones, es una señal alentadora de madurez. Lo saben en la ciudad que reposa a los pies de la Vera Cruz, villa de gente noble y generosa que ha vencido cualquier recelo hacia la capital de la Región. Es más, hicieron posible que la mejor Selección Española de todos los tiempos jugara aquí justo antes de irse a ganar el Mundial. No fue mérito de la Federación, ni de Samper. Fueron un puñado de caravaqueños entusiastas los que consiguieron la financiación y organizaron el partido, jugado en Nueva Condomina y no en Caravaca por un mero problema logístico. Enhorabuena por ese Año Jubilar, por la permanencia casi asegurada y por ese gol in extremis en Sevilla que entra con letras doradas en la historia del Murcia.
Un Real Murcia que puede dar un golpe definitivo al campeonato si gana en Lepe este sábado, no sólo porque parece haber encontrado su punto de forma, sino porque espero que el Jumilla le haga tropezar al Sevilla. Sí, parece una boutade, ¿verdad? Pero suele ocurrir que los equipos que consuman su descenso, después de muchas semanas de sufrimiento, alivian de golpe su presión y la descargan sobre el primero que pasa, en este caso los hispalenses. Ojo.
El partido se va a jugar en el viejo municipal de Lepe, a pesar de que el pasado miércoles se inauguró el nuevo estadio Ciudad de Lepe. El campo no tiene agua, ni luz, ni otras cosas, pero ya saben que los políticos han esprintado este año para inaugurar pantanos por exigencia de la Nueva Ley Electoral. Estuvo la Copa del Mundo y mensajes grabados de Joaquín Caparros, Luci (su segundo en el Athletic y natural de la ciudad), Pedro, Busquets e Iniesta. Los jugadores del Barça son amigos de Julio de Dios, un jugador criado en la cantera del Barça pero que vio truncada su carrera después de recibir un balonazo en la cara que casi le deja ciego. Lepe es una ciudad de 25 mil habitantes que linda al sur con el Atlántico y al Oeste con Portugal, a 20 kms. Arrastra el sambenito de los chistes y vive de las explotaciones freseras. En una de ellas, el Real Murcia fichó a un jugador llamado Sierra a principios de los Noventa. Era central y de piel muy morena. Un día fue con el equipo grana a jugar un amistoso de pretemporada a Ceuta y le detuvieron en la frontera al sospechar la Guardia Civil que era un marroquí infiltrado en la expedición. El entonces delegado, Francisco Martínez Ros, se tuvo que fajar con la Benemérita para meterle en el autobús de vuelta a casa. Es el único vínculo, hasta la fecha, entre San Roque y Murcia.Los aurinegros tomaron sus colores del Iberia, filial del Zaragoza, porque un circo aragonés de visita les prestó sus primeras camisetas. Ahora lo han comprado unos inversores ingleses y tienen un acuerdo para cesiones preferenciales con el Barça que pinta muy bien. Posee un gran equipo y puede subir por primera vez en su historia a Segunda División.
No como campeón porque es un privilegio que se reserva el Real Murcia para los Idus de Mayo, esa fecha marcada de buenos augurios en el calendario romano. Cinco partidos le separan de ese momento, no sé si otras tantas finales, en las
que hay que apretar los dientes. Lo que está haciendo este equipo tiene mucho mérito. Es el mejor de su categoría en todos los aspectos y su objetivo debe ser no flaquear hasta el play-off. Y estallar de júbilo en Caravaca.

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