...Pero me gusta el ciclismo, defiendo el ciclismo, practico el ciclismo. Aunque son muchos los que tratan de demonizarlo, desprestigiarlo con sospechas constantes, perseguirlo con saña incluso desde sus propias instituciones, amo el ciclismo. No hay ningún deporte más abnegado, extenuante y reconfortante a la vez, tan poco recompensado más allá de conocer los propios límites de la resistencia personal y, sin embargo, más adictivo.
En Murcia hay miles de practicantes, decenas de clubes y peñas ciclistas, apasionados por un deporte que sólo necesita una bici, ropa adecuada y mucha carretera o montaña. Se les puede ver a cualquier hora del día deslizándose en solitario o en grupo por las arterias secundarias de nuestra Región -cuyo pavimento es bastante mejorable, por cierto y las protecciones o ‘quitamiedos’ son trampas mortales-. Luchan contra el cansancio y miran de reojo el paso de unos vehículos que no siempre respetan la distancia de seguridad. Hay quien dice que es una temeridad tirarse al asfalto en esas circunstancias, que no merece la pena. Quizá tengan razón. Hay pocas cosas más peligrosas que cruzar una rotonda en Murcia con una bicicleta. El carril bici es escaso y a menudo mal utilizado por peatones para sus paseos, lo que lo hace peligroso para ambos. Y no digamos el disparate de los carriles compartidos con los coches, en los que ceder el paso son quimeras y te juegas la vida de manera literal. En esta ciudad todavía no ha arraigado la cultura de la bicicleta en ese sentido, a pesar de que tiene unas condiciones magníficas, pero el proceso es irreversible.
Algo tiene la bici que te engancha. Será la descarga de endorfinas o comprobar cómo late el pulsómetro a ritmo de timbal mientras luchas contra la pendiente, o contra el viento, ese enemigo invisible que lima las fuerzas; o será el contacto con la naturaleza cuando pasas por un camino estrecho cercado por un riachuelo, bajo una espesa arboleda, o junto al mar… ese momento de respiración agitada en el que duelen las piernas y el cuerpo se rebela, pero al tiempo reacciona, se aclimata y responde con todas sus prestaciones para hacerte disfrutar. Tiene algo este deporte cuando estimula el compañerismo hasta el punto de ver a ocho corredores ‘vaciarse’ para el triunfo de uno solo y hacerlo un triunfo de todos; una motivación extraordinaria para superar las dificultades que puede ser muy beneficiosa en la educación, hoy que la cultura del esfuerzo está denodada.
Tramposos los hay, como en todas las disciplinas, pero son los menos. Que tire la primera piedra el deporte que se considere más limpio que el ciclismo. Esta disciplina se reinventa cada día y merece el reconocimiento general. El que la haga, que la pague. Si puede ser, de por vida y de manera ejemplarizante, pero admiremos mientras a los que se dejan la piel en la carretera.
Murcia es una región con una de las mejores canteras de España. A la altura de la vasca o catalana, con muchos menos medios. Y una sola provincia Tenemos campeones de manera ininterrumpida desde hace más de 20 años y eso es fruto de la pura estadística junto a la propia capacidad. También del gran trabajo de los técnicos y dirigentes murcianos. También hay muchos organizadores de carreras, mutiladas por los efectos de la crisis.
J.J. Rojas, en TVE Murcia, con Juan de Dios Martínez. |
Dos de nuestros ases toman parte en el Tour desde este fin de semana: José Joaquín Rojas y Luis León Sánchez, con la notable ausencia de Alejandro Valverde, al que le quedan aún por purgar seis meses de un delito que nunca cometió. Rojas llega pletórico después de ganarle al mismísimo Contador el Campeonato de España. Esta semana me decía en una entrevista que se ve con fuerzas y que los finales de las etapas llanas le son propicios. Ha madurado y tiene la experiencia necesaria en la carrera. Falta que le acompañe la suerte, junto a su compañero Fran Ventoso. Luis León, por su parte, ha tardado en aclimatarse al Rabobank, pero su triunfo (también ante Contador) en el Nacional ha dejado buenas sensaciones. Trabajará como número dos para Gesink en busca de alguna etapa, sin perder de vista la General.
Es una pena no ver aún al genio de Las Lumbreras entre ellos. Lo he visto entrenarse estos últimos meses como si estuviera en plena competición, está fino y no ha perdido ni un ápice de motivación. Volverá muy fuerte para intentar cerrarle la boca a todos los que le han vilipendiado.
Es el Tour, la catedral del ciclismo, una cita obligada en la tórrida tarde de julio para disfrutar con los mejores corredores del mundo. Llamadme loco, pero me gusta el ciclismo.