Para entender la magnitud de cómo ha salido Sergio Fernández del Real Murcia habría que preguntarse qué hubiera pasado si, en vez de al Hércules, fuera al Cartagena. ¿Sería todo el mundo tan comprensivo y complaciente? Salvo que le apliquen un flash amnésico, tipo Men in Black, el leonés se llevará en su cabecita lo mejor de los informes que ha recabado durante el último año para fortalecer los archivos blanquiazules. Pagado por el Real Murcia y a disposición de uno de los principales rivales que va a tener el Real Murcia en la próxima temporada, no sabemos si por subir o por no bajar, que dependerá de otros factores.
Sergio Fernández tiene todo el derecho del mundo a cambiar de trabajo. Lo reconoce la Constitución en su artículo 35: “Todos los españoles tienen… el derecho a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y… satisfacer sus necesidades y las de su familia”. Otra cosa es que se le aplauda por ello en la parte afectada. Estas cosas pasan en la empresa de manera constante sin tanta repercusión, pero en el fútbol se magnifican. Paco González y muchos de sus compañeros en la Cadena SER optaron por marcharse a la COPE y los de PRISA no les dieron palmadas en la espalda precisamente. El ex jugador murcianista se ha procurado su futuro en Alicante porque es el club que más siente, donde tiene su casa y a su familia, donde quiere trabajar el resto de su vida. Legítimo, insisto.
Sergio Fernández, en su despedida del Real Murcia |
Pero la salida de Sergio ha sido poco ortodoxa y Jesús Samper, en una muestra más de magnanimidad, le ha dejado las puertas abiertas. El ex futbolista considera que su ‘ciclo’ ha finalizado con el cumplimiento del ascenso; el dirigente obvia sus formas, el que ya tuviera decidido marcharse antes de que el Murcia subiera. Aunque en el club no le ha sorprendido a nadie el anuncio. Ya en Lugo les preguntamos por ello a ambas partes cuando, al menos yo, vi a Sergio muy esquivo con los periodistas, sin euforia en el vestuario o con los jugadores, con una flema que a mí me pareció impostora. Nunca le he visto cómodo en el Real Murcia. Sus expectativas se derrumbaron cuando vino del Hércules hace dos años, pero aguantó con estoicismo su contrato hasta el descenso. Su sorprendente nombramiento como director deportivo la ha llevado con la misma frialdad que profesionalidad. Su comportamiento ha sido ejemplar, comprometido y honrado con su trabajo y hasta ha tenido la deferencia de dar una rueda de prensa para justificar su marcha. Pero lo hace a la trinchera de enfrente y no debe esperar dádivas del murcianismo. Sergio Fernández es pasado, aunque su contrato acabe el 15 de junio.
El futuro, sin embargo, es una incógnita. A ver con qué nos sorprenden los Samper esta vez, si confían en nuevos valores o en otros más contrastados. O le dan esa responsabilidad a Iñaki Alonso, con el que espero que pronto alcancen un merecido acuerdo de renovación. En cualquier caso apunto una idea: Creo que es el momento para que Pepe Aguilar regrese al club. El cántabro ha marcado el que, para mí, ha sido el gol más importante de la historia moderna del Real Murcia. Aquel tanto de Granada rescató al club de la desesperanza en la que se había sumido en la década anterior. Abrió un nuevo mundo entre una afición diezmada por los azotes de la decepción y se ganó, desde ese momento hasta hoy, un lugar de honor en la memoria histórica del murcianismo.
Pepe Aguilar |
Lo pude comprobar el pasado domingo en el viaje a Lugo. Pepe Aguilar se desplazó como comentarista de Radio Murcia, en el mismo avión que otros periodistas y casi doscientos aficionados. Su presencia revolucionó a los seguidores, que no cesaron de pedirle autógrafos y fotografías. En el aeropuerto, en el avión, cuando le reconocieron en las calles de la ciudad gallega o en el propio campo. Hubo hasta quien le sacó los colores cuando se abalanzó a darle besos. Y todo por un gol que marcó hace once años. Él mismo me confesó que se sorprende cómo tanta gente le confiesa su admiración después de tanto tiempo.
Aguilar es un mito del murcianismo, un icono, un símbolo. Es el nexo que tanto necesita el club con su masa social, pero también un ex jugador con una dilatada experiencia en Segunda División y Segunda B. Es un hombre de fútbol respetado e inteligente, que ama Murcia y ha decidido vivir aquí por convicción. Sería muy feliz al trabajar en el Real Murcia porque lo siente como propio. Además, ocuparía un puesto hasta ahora inédito en la entidad por esa combinación de experiencia profesional, afabilidad y complicidad con el entorno grana. Un poco, si me permiten, el Valdano del Real Murcia. Después de la absoluta reestructuración del organigrama técnico que se realizó el año pasado, ahora habrá que acometer otra igual de importante y creo que es el momento de buscarle un hueco. Estoy convencido que los murcianistas lo aprobarán.
Pepe Aguilar y medio millar más de aficionados lloraron de emoción en el Anxo Carro de Lugo, otro campo que se suma al Olimpo de los estadios granas. En mi periplo profesional he podido vivir y contar tres ascensos a Primera, tres a Segunda y uno a Segunda B. A cuál de ellos más emotivo. Pero en éste el rasgo diferenciador ha sido la implicación de los seguidores murcianos. Fue un privilegio poder compartirlo con muchos de ellos desde que salimos de Alicante hasta que llegamos a La Redonda de madrugada. Con esta afición fiel y entusiasta el futuro del club está garantizado. Los lucenses se admiraban el domingo al ver pasar una manta roja por sus calles y plazas, camino del estadio, de manera ordenada y ruidosa. Lo veían quizá con un poco de envidia, porque es insólito ver semejante despliegue tan lejos para un partido de Segunda B. Pero, claro, es que el Real Murcia no es de Segunda B y esperemos que nunca más lo sea. Debe estar en Primera y vamos a luchar por ello, me decía Juan Antonio Samper tras el partido. Dios le oiga, don Juan Antonio y enhorabuena al Real Murcia.
http://murciatododeporte.com/not/548/es_el_momento_de_pepe_aguilar_
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Opino igual ke tú, sin lugar a dudas, Pepe Aguilar sería el ideal y renovaría las dosis de ilusión en el murcianismo. Un saludo!
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