Richi ha subido dos veces a Primera con el Murcia |
Decía el eslogan de un anuncio de BMW que para conducir a 190 hacen falta nervios de acero. Era de los tiempos en los que se podían hacer esos anuncios, claro, pero me ha venido a la mente al pensar en la arriesgada planificación deportiva que desarrolla José Luis Molina en el Real Murcia. A falta de dos semanas para que se inicie la Liga, aún faltan por llegar algunos de los fichajes más importantes y el director deportivo dice que habrá que esperar incluso hasta final de agosto, con dos jornadas disputadas, para terminar de hacer el equipo. Nervios de acero, imperturbabilidad de un jugador de póker. Asombroso. Es un hombre muy experimentado que sabe moverse bien en situaciones límite, acostumbrado a jugar con fuego y sabe que muchos clubes van a aguantar in extremis pagar lo menos posible. En Segunda se ha borrado la palabra traspaso del diccionario. Espero que le salga bien, porque esa espera está poniendo de los nervios a muchos murcianistas, está privando a Iñaki Alonso de trabajar esquemas y tácticas con jugadores llamados a ser titulares y está condicionando los partidos amistosos de la pretemporada, de los que se pueden sacar conclusiones equivocadas. Eso sin contar el terrible inicio de Liga que tiene, con varios supuestos aspirantes al ascenso, más el Córdoba en la Copa por ahí en medio.
Confieso que los fichajes que han venido hasta el momento me gustan. Gente con oficio y calidad. Garantías. Pero faltan un portero, un central, un interior derecho y un delantero de primera fila, como mínimo. Dani Hernández me parece un buen guardameta, pero el Murcia no se puede permitir que se ausente cada dos por tres, cada vez que su ‘bolivariano’ país le llame a filas. Se juega demasiado. De los demás, el refuerzo más necesario lo veo en la delantera, en la que sólo Kike y Chando están llamados a hacer goles y me parece insuficiente. Hace falta un ariete más.
A la espera de que el ‘Chuti’ Molina ate los cabos pendientes, son muchos los que se preguntan qué papel desempeñará el equipo grana en la próxima temporada. Sus dirigentes hablan de un año sin sobresaltos, fuera de la lucha por la permanencia y sin aspiraciones de ascenso. Hablan de ‘consolidación’ y yo me pregunto si necesita consolidarse el club que más veces ha sido campeón en esta categoría. En toda su historia. Parece que oigo hablar del Guadalajara y no de un club centenario con más pedigrí que casi todos sus compañeros de División. El Real Murcia debe aspirar siempre a ascender y, entonces sí, consolidarse en una categoría resbaladiza en su historial. Lo del descenso a Segunda B fue un lapsus imperdonable, felizmente subsanado, pero que no puede ser puente ni base en el futuro del club, sino un capítulo a olvidar cuanto antes, si es posible con un nuevo ascenso más pronto que tarde. Sí es verdad que se han borrado todos los vicios y defectos que condujeron al descenso, se ha reconstruido el vestuario con gente comprometida y, en consecuencia, se vuelve con una dinámica positiva.
¿Será el equipo suficiente para no estar abajo? Supongo que los jugadores que completarán la plantilla tendrán un perfil muy parejo a los que han venido. Prometedor. Al igual que hemos visto la peor Segunda B en muchos años, ahora la Segunda División es una de las más competitivas y necesitará subir mucho el nivel respecto al último año. Algunos me recuerdan que un equipo con este perfil ascendió a Primera en el 2003. Vale. Puede que incluso el actual sea mejor. Pero eso fue una carambola que el club no ha conseguido ni antes ni después. La flauta balompédica suena a menudo cuando se sopla fuerte, no por inercia del viento y puestos a imitar algún modelo, mejor el más repetido, el de los buenos jugadores.
La respuesta de los aficionados también es destacable. Van a estar ahí para apoyar al equipo, como ya hicieron en la temporada pasada a pesar de lo poco que les ofrecía la categoría. Su murcianismo está por encima de la división en la que milite. Ellos son el Murcia de Primera.
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